jueves, 8 de diciembre de 2011

EL DÍA QUE NO ÍBAMOS A RECORDAR


En los días del fin del mundo soy como un lobo negro que camina por la ciudad con la cabeza adolorida, es domingo, domingo de los tiempos del fin del mundo, es psicótico, lento, a veces un poco rápido, se derrama, y los colores se debaten entre opacos y eléctricos.

Ando más negra que de costumbre y me apetece un poco de carne, un silencio magnifico me rodea, me siento como el animal salvaje que esta a punto de reventar por el estrés. Ando por el parque, y siento el olor a sangre, esa sangre, que hambre tengo. Puedo pensar, pienso un poco en la sangre, su sangre, se ha raspado la rodilla porque anda tropezando con el mundo, mirando hacia otro lado, como absorto en la luz de la tarde y siento que debería darme un festín con su pierna.

Días como hoy tengo que aprender a cazar, a mirar desde la distancia, estar alerta y ser tan negra como el aire que me golpea, no puedo hacer más que concentrarme en la rodilla sangrante, en las dos tímidas gotas que salen de la piel áspera; él esta solo, como si nadie le mirara desde la distancia, como si yo no le mirara en lo absoluto, anda con la mirada perdida, porque los días apocalípticos son para pensar en otras cosas, cosas que le pongan el corazón en puntitas de pies y le enloquezcan la respiración, mientras tanto yo me abrumo negra con su sangre.

Los domingos se anda un poco desprevenido, sin esperar nada, ningún sobresalto, y hoy, él anda con sus rodillas rojas como cualquier domingo, mirando hacía arriba, mientras el aire se acelera bajo mis pies, mientras calculo, mientras espero el momento preciso para correr y él no me mira, no se da cuenta, hasta que…

Es detestarlo, desearlo y luego detestarlo de nuevo, soy yo, el lobo que te muerde la piel y hoy puedo contarte la historia sobre ser un lobo en los días del fin del mundo y probar la carne fresca, esa carne que sabe eléctrico, que sabe a sal, a azúcar a que lo detesto y es la mejor rodilla que he comido en mi vida.

domingo, 18 de septiembre de 2011

OBSESIVO

Partí del ejercicio de hacer un "dibujo obsesivo" y a pese a las posibilidades no convencionales que puede tener ese ejercicio pensé en algo que yo dibujara obsesivamente, revisando mis cosas decidí tomar esa maña que tengo de rayar los cuadernos en clase, donde no haya escrito, en cualquier espacio vacio siempre estoy llenándolo con algo. Tomé entonces un cuaderno viejo que tenía en la casa, que no era mío pero igual no retornaría a su dueño y lo llene de dibujos, a veces respetando las notas que había, otras veces rayandolo a mi antojo, estos son algunos fragmentos del cuaderno...











































domingo, 17 de julio de 2011

Análoga









Tomé las fotos con una cámara hecha con una cajita de tutti frutti y mucha cinta aislante negra. Estas fueron las que más me gustaron del rollo.


lunes, 6 de junio de 2011

Cielo

























Estas son sólo algunas fotos que he tomado desde mi apartamento al cielo, debo admitir que tiene una buena vista, aunque únicamente de a parte de envigado e itagüi, desde ahí he podido observar cosas muy interesantes, entre ellas muchos atardeceres y otro momentos del cielo, que si bien no he registrado muy religiosamente, por lo menos puedo decír que tengo unos cuantos registros que me han gustado.

miércoles, 4 de mayo de 2011

DESAMOR DE UN GLOBO




Ella sólo habla conmigo para que le diga que la quiero, para que le diga que es perfectamente redonda, que lo abarca todo, y que estar aquí con ella es lo único que necesito para ser feliz. Me necesita, quiere estar segura, y sabe bien que soy yo quien nunca le diría nada amargo, y así puede enamorarse de las nubes sin que le importe que la amen, pero ignora que he irme en algún momento, le abandonare, porque soy vapor y nada más. Así funcionan estas cosas, eres un poco de Helio que ama a un globo rojo, pero pronto no seré nada, pronto me escapare de ella, de su cuerpo rojo y brillante, y vamos a ver cuanto dura en la soledad elevada del cielo.

martes, 8 de marzo de 2011